Salmo u
oración
Líbrame del cáliz amargo de la envidia,
de las decrépitas calaveras de avaricia
que se acomodan y envanecen
formando muros tenebrosos.
Apártame de los oscuros miedos
de aquellos incapaces de justicia
renegados, vacíos, insidiosos,
de los látigos lacerantes de sus lenguas.
Líbrame de máscaras que esconden
las más negras y profundas vilezas,
atrapadas en una agonía
propia de mentes torturadas
atenazadas de culpa...
Ayúdame a dar la espalda,
aun cuando el dedo acusador,
convertido ahora en garra,
descanse sobre ella.
La cicatriz no será profunda,
siquiera un rasguño...
y entonces seguiré,
al fin,
libre de falsos apegos envenenados.
Diana Maura
"El sueño de Ícaro" 2014
#SafeCreative
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