El océano renegando inmensidad
aspira a ser rocío
ausentándose de sal y lágrimas.
La lluvia ansía ser mortaja
y exhumar a la carne de sus heridas.
El viento galopa en el interior
de un recipiente hermético.
El sol se aplasta en la desgana
de lo oculto en las sombras.
En este laberinto
quedan pocos árboles
y un cielo sin pájaros
que pretendieron venderme...
...hasta el olvido reniega de mi presencia
y de mis lamentos de hoja,
los muros me atraviesan
formando parte de mí
protegiéndome de seductores brazos,
haciéndome regresar del sueño...
Al mar
no le conviene
pretender
ser rocío...
Diana Maura
#SafeCreative
No hay comentarios:
Publicar un comentario