viernes, 5 de septiembre de 2014

Confusión



No me reconoció...
llevaba los ojos del revés
y los pies en las manos.

Mi desnudez
sólo sirvió
para confundirle.

No me reconoció...
era tal su prisa
amortajada en frialdad,
su agonía extrema,
su delirio...

Y mi desnudez
sólo sirvió
para alejarle.

No me reconoció...
atrapado en lamentos,
empecinado en su cárcel
de dolor y miedos,
en el sudor frío
del que espera
la rígida sentencia impía
del que es su propio juez y su proscrito.

No me reconoció...
por ahí anda...

buscándose ahora...

Diana Maura
#SafeCreative
Cuadro de Helen Cottle


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