A la poesía, de cuando en vez
le nacen uñas como garfios
que atenazan las carnes
y violentan gargantas.
Espuelas terribles
aferradas al canto del poeta
como sortilegios preñados
de demanda, trepando
cual hiedra por los árboles
más altos del bosque
para adueñarse de la luz
y ver el cielo...
a pesar de las lágrimas.
Diana Maura
#SafeCreative
Imagen de la red
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