Llantos de niños en lo oscuro,
“in crescendo” agónico,
letanía del dolor,
espanto en sus miradas,
implacables…
Cierras los ojos…
y los ves.
Cubres los oídos…
y los sigues oyendo.
Volteas la espalda
y sientes sus manos frías de muerte, sostenidas
en el aire que se vuelve irrespirable.
Llantos de niños atravesando tu mente y tus sentidos,
invadiendo tus sienes desnudas,
volviendo añicos tu más íntimo sosiego.
Y allí siguen!
en el rincón más olvidado de la estancia
de cara a la pared,
crucificados sus brazos,
clamando piedad
por aquellos que solo saben de venganza,
de posesiones
y de escudos.
Diana Maura
#SafeCreative
Imagen tomada de la red
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